5 Pero el Señor Dios de Israel que todo lo ve, le hirió con una llaga
incurable e invisible: apenas pronunciada esta frase, se apoderó de
sus
entrañas un dolor irremediable, con agudos retortijones internos,
6 cosa totalmente justa para quien había hecho sufrir las entrañas de
otros con numerosas y desconocidas torturas.